"La noche de San Juan y su
fuego transformador nos acogieron en este segundo encuentro de Annur, esa
ciudad de la luz que empieza a iluminar nuestros anhelos.
Con juegos de niños y
silencios interiores empezamos a conocernos un poco más, a llamarnos por el
nombre, a tocarnos el corazón.
La luz tenue de las velas, los destellos del
cuarzo y el crepitar del fuego sobre lo que deseamos dejar atrás nos invitaban
un año más a nacer a lo nuevo. Y
esta vez con la ilusión puesta en un gran proyecto de unidad, de cooperación,
de conciencia, de ilusión colectiva en una nueva vida más verde, más libre, en
la que podamos compartir la alegría, la paciencia, la responsabilidad; con la
esperanza puesta en el despertar, en nuestra divina evolución.
Si el objetivo era
encontrarnos, conocernos, compartir y divertirnos, éste fue verdaderamente el
paso que dimos. El lugar no podía ser más propicio para compartir el pan y la
sal, todos pudimos sentir ese calor de bienvenida y de paz con que nos acogió esa preciosa casa
en plena naturaleza y sus bellos anfitriones. Poco a poco fuimos llegando y
contribuyendo con nuestras ofrendas a un ágape de abundancia y amor. Cada uno
traía un trocito de sí para ofrecerlo a los demás.
Antes
de la despedida, una vez más unimos nuestras manos en un amoroso círculo de
intención para perpetuar nuestro compromiso de unidad.
La noche más corta quedaba atrás y se iniciaba
un esperanzador día sin fin cuyo horizonte está ya en nuestras manos.
¡Gracias a todos por hacer
realidad este encuentro!"